viernes, 28 de abril de 2017

Medio Juego - Táctica (3)

Una maravilla de Nimzovich:

Nada puede agregarse a todo lo dicho de este campeón sin corona, el genial Aron Nimzovich. Sabidas fueron sus luchas por demostrar la genialidad de sus sistemas y los enfrentamientos humillantes que mantuvo con otro de los mayores exponentes de su época, el Dr. Siegbert Tarrasch. 
Hoy nos proponemos aprender de su genio creativo, de su capacidad táctica para resolver situaciones sumamente complejas y convertirlas, a su medida, en imborrables obras de arte que perduran, intactas, a través del tiempo. 
La partida a la que nos referimos tuvo lugar en Zurich, Suiza, en el año 1906 y contó como protagonistas al propio Nimzovich y al Dr. G. Fleuss. 
Luego de 14 jugadas de una Defensa Francesa, arribaron a la siguiente posición: 


Cualquier jugador, con una sola mirada a esta posición, elegiría -sin dudas- conducir las piezas negras, independientemente de a quién corresponda el turno de la movida. El mate al rey blanco parece imparable si las negras logran instalar su torre en h6 y solo resulta imaginable detenerlo anticipandose mediante Cf3 con el objeto de defender el peón torre rey, a lo cual le seguiría Ce5 con la idea de desplazarlo y continuar con el plan Cxf3, Th6 y Dxh2++. 
Sin embargo, tal cual un mago extrae un conejo de su galera, Nimzovich pergeña una maniobra táctica que arruinará los planes de su rival (y de todos aquellos que hubiéramos elegido conducir las negras) y lo llevará de vencido a vencedor. 

15.dxc6! Axc6 

El propio Emanuel Lasker probó una lúcida refutación para 15. …. Th6, a partir de 16. cxb7+ Rb8 (si 16. …. Rxb7, 17. Af3+ …., dejando a las negras sin ataque), 17. Cc6+ Rxb7, 18. Cxd8+ Rc8, 19. Dxd7+! Rxd7, 20. Tfd1+ Re8, 21. Af3 Dxh2+ y 22. Rf1 …. permitiendo el escape del rey y conservando una ventaja material inobjetable. 

¡Pero ahora, tras la jugada de las negras, las cosas parecen haber empeorado! Ahora el Dr. Fluess amenazaba mate en g2 al tiempo que tocaba la dama blanca con una torre. 

¿Cómo pudo Nimzovich resolver esto? Simplemente capturando el alfil que daría soporte a la dama negra para ejecutar su acto final y amenazando ser él quien propine el jaque mate en d8.

16. Cxc6

Pero esta jugada dejaba a la dama blanca librada a su suerte. Esto fue lo que seguramente pensó el Dr. Fleuss que no dudó en tomarla. 

16...Txd1 17. Tfxd1 

Y como apunta Fred Reinfeld, gran amigo y comentarista de Nimzovich, en su libro Ajedrez Hipermoderno, ¡ésa es la torre correcta! 17… bxc6 
Cuenta la historia, aunque nunca sabremos si ello fue cierto, que Aron Nimzovich, viendo la satisfacción de su rival tras esta jugada, comentó más tarde: “Y ahora no serviría 16. cxd7+ …. a causa de 16. …. Txd7, 17. Ah5 Txh5, 18. Te1 Dxh2+, 19. Rf1 Dh8+, 20. Re2 De4+ ganando facilmente. Definitivamente, 16. Af3?? …. sería catastrófica a causa de 16. …. Txd4, lo mismo que 16. f3? …. en razón de 16. …. Txg3+. 
Mi buen amigo Fleuss se echó hacia atrás como quien diría: ‘El final no es sencillo, seguro, pero encontraremos una forma’
Ciertamente, Fluess no esperaba lo que vendría: 

18. c5!!

Esta jugada amenaza mate en dos movidas: 19. Aa6+ y 20. Td8++. Podemos ya imaginar la desazón del Dr. Fleuss quien, de una posición de gloria se vió repentinamente necesitado de asumir la defensa, lo cual hizo forzadamente: 

18 …. Tg8 19 Tab1 Abandonan las negras.

Ya todo era en vano para las negras. De nada hubiese contribuido 18. …. Rb8 como consecuandia de 19. Tab1+ …. y mate en la siguiente jugada. 
Ya no hay excusas. El jaque mate será en una sola jugada. 
Sin dudas, esto ha sido una demostración del invaluable talento y creatividad de Aron Nimsowitch, un jugador al que la historia recién le hizo justicia luego de su muerte, pero ello –tal vez- se debiera a sus irónicos comentarios para con sus rivales.
Siguiendo la misma historia, a la conclusión de esta partida, cuentan que por allí se lo escuchó decir: “Nunca olvidaré la cómica expresión de horror en la cara de mi oponente a medida que tomaba conciencia de su aprieto”, un comentario, por cierto, poco simpático que, al igual que muchos otros que se le atribuyen, le valieran el desprecio de sus contemporáneos. 
Sirvan estas líneas como reconocimiento a su genialidad y a las enseñanzas que nos legara. Pero, como suele suceder en la vida, difícil es reconocer la genialidad en el arrogante, especialmente si éste es contemporáneo.

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