martes, 14 de junio de 2016

Principios elementales de la lucha de caballo contra alfil

1) Los alfiles y caballos tienen un valor parecido en casi todas las posiciones normales y especialmente cuando se trata de la lucha de un alfil contra un caballo.
2) Dos alfiles son muy superiores a dos caballos.
3) En las posiciones móviles de peones y simplificadas, con líneas y diagonales abiertas, el alfil es levemente superior al caballo.
4) En las posiciones de bloqueo donde hay peones entrelazados y puntos débiles, el caballo es levemente superior al alfil cuando éste se halla en cuadros de distinto color que sus peones, y decididamente superior cuando el alfil actúa restringido en su acción por los propios peones.
5) Los caballos, en las posiciones de bloqueo tipo “zugzwang”, son los que traban al alfil enemigo al obligarlo a defender los peones, pero para decidir la partida es necesaria la cooperación del rey. Éstas luchas se definen, habitualmente, en un simple final de oposición de reyes.
6) Los caballos que no pueden hallar un sostén en su acción, generalmente no sirven como pieza defensiva en los finales, por cuanto al ser desalojados dejan sin apoyo al peón defendido. El alfil, en cambio, puede replegarse y persistir en su dominio de un punto.
7) El caballo es la única pieza de ajedrez (sin contar los peones) que no pueden ganar un tiempo por imperio de su sola acción. Para volver a una misma posición necesita realizar un número par de jugadas, y los tiempos se ganan con una pieza al colocarla en una posición anterior en número impar de jugadas.
8) Cuando hay peones en ambos flancos en los finales de reyes y peones, y estos peones no ofrecen desniveles en número en las respectivas zonas, mejor dicho, tienen una conformación simétrica, los caballos son superiores a los alfiles, por la posibilidad de atacar a los peones, cualquiera que sea la conformación que posean.
9) Los alfiles, en cambio, son muy superiores cuando hay igual número de peones, pero desequilibrados en ambos flancos, por ejemplo: cuatro contra dos en el ala dama contra uno contra tres en el ala rey. En esos casos, el alfil agranda su acción por la posibilidad de poder apoyar los avances desde lejos, sin comprometer su acción.
10) En general, sacando las excepciones señaladas, el alfil es preferible al caballo. (Extraído de: Roberto Grau - Estrategia superior - Tomo 4)

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